Las sartenes son ese compañero fiel del cocinero que si no tenemos en perfecto estado uno se encuentra al reves. Hoy os queremos dar algunos consejillos para que esa sartén profesional maravillosa que llevabas tiempo deseando comprar te dure durante muchos años. 

Cómo lavar una sartén correctamente

Antes de usar tu sartén por primera vez lávala con agua caliente y jabón, enjuágala bien y sécala con un paño o con papel de cocina.

Después de cada uso, lávala como esa primera vez. Es cierto que muchas sartenes permiten su lavado en lavavajillas, pero si quieres mantenerla con todas sus propiedades como el primer día te aconsejamos que las laves a mano. La mayoría de sartenes suelen llevar antiadherente por lo que con una limpieza suave se quedan como nuevas.

Cuando las laves, recuerda utilizar estropajos que no rayen. Esto es un consejo clásico que todos creemos saber pero que a veces, cuando tenemos comida pegado, olvidamos practicar. Si hay trozos de comida que se te resisten con esa esponja suave, pon la sartén en remojo unos quince o veinte minutos con agua tibia y jabón e inténtalo de nuevo con la esponja. Ahora mejor, ¿verdad?

Evita someter la sartén a cambios bruscos de temperatura. Por ejemplo, nunca metas la sartén hirviendo debajo del agua fría.

Cómo calentar una sartén correctamente

Utiliza potencia de calor media para calentar la sartén. A veces tendemos a poner el fuego al máximo para que la sartén coja calor mucho más rápido pero es un error puesto que no solo dañarás la superficie de la sartén sino que quemarás el aceite, que hierve a unos 180 Cº. Cuando utilizas la potencia máxima de la placa la temperatura de la sartén puede llegar hasta a unos 300ºC dañándola en apenas minutos.

No precalientes nunca la sartén vacía más allá de 1 o 2 minutos, ni aunque sea a fuego medio. Así evitarás que el antiadherente sufra más de la cuenta.

Elige siempre el fogón que mejor se adapte al tamaño de la base de tu sartén. Si eliges uno pequeño no conseguirás una cocción uniforme ni eficiente y si eliges uno mayor al tamaño de la base de la sartén se sobrecalentarán las paredes y los mangos. Pudiendo incluso estos últimos llegar a quemarse. Si tu cocina es de gas, la llama debe quedar circunscrita a la zona de la base de la sartén, nunca debe subir la llama por las paredes.

Esto es un clásico, pero no utilices utensilios de cocina que rayen la sartén. Usa espumaderas y espátulas de nylon o madera apta para uso alimentario.

Cómo almacenar tus sartenes

Por último y no menos importante, cuida el almacenamiento de tus sartenes. Si las almacenas apiladas unas encima de las otras, coloca un protector de sartenes entre cada pieza para que no se rayen entre ellas. Además intenta colocarlas de mayor a menor tamaño, así no se dañarán las paredes.

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Esperamos que estos sencillos consejos os hayan ayudado, si teneis algún truco más guardado en la manga, estaremos encantados de que lo compartáis con nosotros.