¡Tu carro está vacío!
Hoy vamos a hacer una receta muy sencilla pero que te sacará de un apuro en unos minutos. Hemos como ingredientes principales brócoli, pasta y pastrami y hemos utilizado la cacerola de porcelana refractaría para cocinar la receta.
Cuece el brócoli durante 5-6 minutos. No te pases con la cocción o quedará demasiado desecho. Para cocerlo hemos usado la cacerola del set efficent con la rejilla. El brócoli es una verdura muy delicada y es aconsejable hervirlo con este tipo de rejillas dentro de la olla para no dañarlo.
Mientras, dora la cebolla en una cacerola con un poco de mantequilla. Hemos usado la cacerola de porcelana refractaria durante toda esta receta porque mantiene la temperatura constante y es ideal para este tipo de platos. Hemos terminado el guiso en ella e incluso la hemos llevado a la mesa para servir como si fuese una fuente redonda alta.
Mientras la cebolla se dora, coge un cazo y haz un roux. ¿Qué es un roux? Esto nos servirá posteriormente para ligar la salsa. Con un cazo pequeño te será suficiente. Utilizar una espátula de silicona para alta temperatura para remover.
Saca el brócoli, trocealo y ponlo junto con el sofrito de cebolla. Añade también el pastrami y rehoga un par de minutos.
Añade leche al roux para hacer una bechamel ligera. El roux debe de estar caliente y la leche fría, esta diferencia de temperatura ayudará a ligar la salsa. Corrige de sal.
Pon los espaguetis a hervir en una olla alta unos 9 minutos, sácala antes de que quede demasiado blanda para dejarla al dente. Hemos usado la olla del set de olla y cacerola efficient que os dijimos anteriormente.
Añade la pasta y la bechamel a la cacerola de porcelana refractaria.
Raya un poco de queso parmesano y muele un poco de pimienta por encima y sirvelo en la misma cacerola.
¡Bon appetit!
Hay miles de recetas de comidas navideñas, pero no tantas de bebidas. Hoy queremos enseñarte una receta de la bebida navideña por antonomasia en Europa, el glühwein. Pero primero...
El glühwein es un vino especiado y caliente que se toma principalmente en Alemania. ¡En España su consumo está poco o nada extendido, pero en el país germano su importancia es tal que en Navidad lo toman hasta en los descansos de las oficinas!
Curiosidades parte, lo normal es tomarlo en los mercados navideños que tanto se estilan en el centro de Europa. La atmósfera que se crea en esos mercados, todos llenos de avituallamiento decorativo navideño al más puro estilo de película Disney, es especial. Las lucecitas, el gentío y ese ambiente festivo inspiran, más si cabe este año 2020, una nostalgia singular.
Morriña aparte, que el glühwein sea caliente tiene su razón de ser, nadie bebe vino humeante porque si y la razón no tiene mucho misterio, en centro Europa en diciembre hace fío, mucho frío. Es probable que en pleno mes de diciembre en Málaga te apetezca tomarte una cervecita al sol con un jersecito fino, pero prueba hacerlo en Munich. Pues eso.
Una buena forma de entrar en calor después comprar regalos y decoración navideña es tomarse una buena taza de este vino calentito y dulzón que te compondrá el cuerpo en pocos segundos.
En Hostel Jiel te dejamos aquí nuestra receta de glühwein. Pensándolo bien, es probable que en Alemania el glühwein sea como la sangría en España, que tu cuñado siempre tiene la mejor receta. Si es así, ¡anímate a contárnosla!
Quita la piel de la naranja con un mondador de cítricos
Infusiona en una cacerola baja a fuego bajo el vino con la canela, la vainilla y la piel de la naranja. Para que coja el sabor cuenta con tenerlo al fuego en una cacerola entre 1 hora y una hora media.
Una vez infusionada, añade el azúcar y remueve hasta disolverlo. Usa una espátula de exoglass, que aguantan las temperaturas altas.
Este vino se bebe caliente por lo que una vez disuelto el azúcar puedes ponerlo en unas tazas ¡y a beber!
¿Qué tal si lo sirves en unas bonitas tazas de metal esmaltado con filo azul?
La receta de hoy es tan sencilla y a la vez tan vistosa que tenéis que probarla.
Hemos hecho un pastel de cabracho, que así de primeras parece una cosa complicadísima y cuando te pones manos a la obra resulta que es cocer, mezclar y poco más..
Hemos usado:
Primero pon a cocer las zanahorias, el puerro y la cebolla en agua con un poco de sal. Deja que hierva durante 30 minutos a fuego medio-alto.
Una vez pasado este tiempo, añade el cabracho y sigue cociendo.
En un bol, bate los huevos como si fueras a hacer una tortilla, añade la nata y el tomate concentrado. Sal pimienta y liga toda la mezcla. Puedes añadir tomate frito normal si no tienes concentrado solo que estarás aportando más agua a la masa. Lo cual tampoco es malo, muchas gente lo hace con tomate frito normal.
Cuando el pescado esté cocido, sácalo de la olla y déjalo enfriar un poco para poder desmenuzarlo bien. Separa piel y espinas y “machaca” la carne tanto como puedas.
Las verduras puedes guardarlas para un puré y el caldo para un arroz que te va a quedar de vicio.
Una vez limpio y desmenuzado, añade el pescado a la mezcla con los huevos. Aquí tienes dos opciones, mezclarlo bien y dejarlo tal cual o pasarlo por la batidora para que quede más tipo pudding. Nosotros no lo hemos pasado porque nos gusta encontrar el pescado, nos parece más “real”. Pero es cierto que si no lo pasas por la batidora te quedará un plato más basto.
Cuando lo tengas mezclado pásalo a un molde engrasado y cuece al baño María hasta que esté listo. Nosotros lo hemos hecho con una fuente con fondo difusor en la vitro cerámica pero si no tienes una fuente así puedes hacerlo al horno poniendo una bandeja con agua y metiendo ahí el molde. Usa un cuchillo para comprobar que está suficientemente hecho.
Para presentarlo hemos usado la fuente Petra en color rojo y hemos hecho un poco de mahonesa casera con aceite de oliva, huevo y una pizca de sal.
Hoy os proponemos una receta fit, sin azúcar añadido (o con muy poco, según lo prefieras). Hemos hecho el famoso banana bread, con cacao 100%, harina de centeno y muy poco azúcar el cual puedes sustituir por pasas o dátiles molidos. Es un postre que no queda muy dulce, por lo que si eres un amante del azúcar esta no es tu receta. Pero si te encanta el cacao y eres capaz de tomarlo en porcentaje de más del 70%, te va a encantar este postre endulzado práticamente solo con plátano.
220 gr harina de centeno (puedes usar trigo)
2 huevos
120 gr cacao puro en polvo
1 yogur griego
50gr azucar o pasas molidas
3 platanos muy maduros machacados
Medio sobre de levadura
120 gr de aceite de oliva
Bate primero los huevos y añádele todos los ingredientes húmedos: yogurt, aceite y plátanos.
Para batir los huevos, primero hemos separado clara de yemas y puesto las claras a punto de nieve. Para ello hemos usado este batidor de varillas. En nuestra tienda podrás encontrar montones de batidores de varillas que te ayuden a poner las claras a punto de nieve. Nosotros hemos usado un batidor de varillas de silicona, utilizamos este tipo de batidor porque no araña en el caso de querer usarlo sobre superficies antiadherentes
Antes de añadir los plátanos tienes que machacarlos bien con un tenedor. Si quieres que sea fácil y los plátanos realmente endulcen el bizcocho, deben de estar muy maduros. Si vas a usar pasas en lugar de azúcar, es el momento de añadirlas. Triturarlas y a la mezcla. Si vas a usar azúcar, añádelo en el siguiente paso.
Una vez cohesionados todos los ingredientes húmedos, tamiza los secos y añádelos a la masa. Mezcla bien hasta tener una masa homogénea y pásalo a un molde previamente aceitado.
Para hacer esta receta hemos usado un molde cake rígido desmontable. Este tipo de moldes se usa tradicionalmente para paté pero nos parece muy cómodo para este tipo de bizcochos. Si prefieres los moldes de silicona, te recomendamos este molde de silicona rojo que te dejamos enlazado.
Mete en el horno precalentado a 180 grados durante aproximadamente 40 minutos. Pincha el bizcocho con un cuchillo para saber si está hecho por dentro.
¡Ojo! No abras el horno durante la primera media hora para que el bizcocho no baje.
Sácalo del horno y deja enfriar, desmolda y a disfrutar!
Presenta en esta bonita tabla de madera de olivo y triunfa con una receta rica y sana.
Hoy os dejamos una receta de pan con aceitunas. Para los que aun no domineis (o no tengais) la masa madre, podeis hacer el fermento cambiando la masa madre por 0,1 gr de levadura fresca.
La receta nos va a llevar bastantes horas, pero realmente solo estaremos una media hora realmente trabajando en el pan, el resto serán esperas.
Empezamos la noche de antes preparando la masa madre.
Para ello juntamos:
- 100gr de harina
- 50gr de agua
- 5 gr de masa madre ya refrescada.
Cuando la masa madre esté activa (10-12 horas)empieza con la masa.
Necesitas:
- 450 gr de harina de trigo
- 50 gr de harina de fuerza
- 330 gr de agua
- 1 gr de levadura fresca
- 11 gr de sal
Pirmero, mezcla todos los ingredientes y deja reposar una media hora (a este proceso lo llamamos hidrolisis)
Una vez hecha la hidrolisis, amasa hasta que la masa esté “lisa”.
Seguidamente, haz una primera fermentación de unas 2.30 horas (dependiendo de la temperatura). Cuando haya pasado la mitad de tiempo de la fermentación añade las aceitunas y deja fermentar hasta completar las 2.30 horas.
Pasado este tiempo, habrá termiando la primera fermentación. Tu masa debería de estar llenita de gas, ten cuidado al manejarla. Forma y haz una segunda fermentación de unos 40 minutos.
Mientras termina la segunda fermentación, precalienta el horno a 250 grados. Cuando llegue el tiempo, mete el pan y hornea 10-15 minutos a 250 grados (vigila que no se queme), baja la temperatura a 200 grados y hornea 50 minutos más.
Sácalo, deja que enfríe y disfrútalo con un chorrito de un buen aceite y una pizca de sal por encima. Placeres de la vida... 😌