¿Quién no ha pedido alguna vez pizza a domicilio? ¡Que levante la mano! Molaba, sí, molaba. Cómo llegaba ese cartón impregnado, ese olor…Ahora todo ha cambiado un poco, o bueno quizás aún está cambiando, las cosas se encaminan a ser de otra forma eso seguro. Como siempre decimos todo lo que triunfa se profesionaliza, y eso es lo que le ha pasado al delivery, que toda la vida hemos llamado comida a domicilio.

A día de hoy se extreman o deberían extremarse las medidas de seguridad alimentarias, se cuida el envase y la presentación y lo más llamativo, la comida a domicilio ha dejado de ser solo pizza y hamburguesa.

Por ello si buscamos hacernos un hueco en el delivery, debemos olvidarnos de hacer la típica hamburguesa grasienta, tenemos que buscar aportar valor añadido, ser eficientes  y sobre todo ser profesionales. De no ser así, será imposible que seamos capaces de competir con la competencia bestial que se avecina.

MEJORES ENVASES PARA DELIVERY

El envase será la primera imagen que nuestro cliente, ahora en su domicilio, tenga de nosotros. Y ya sabemos aquello de que “solo hay una primera imagen”.  El food packaging no es algo nuevo, pero en la restauración tradicional nunca ha sido de vital importancia puesto que había otros muchos factores que rodeaban al plato (servicio, limpieza, entorno…).

Llevártelo a casa era algo complementario, pero la verdadera experiencia se vivía en el restaurante.

Ahora, con todos esos recursos que aportaban valor guillotinados, crear una experiencia en el comensal cambia de vías y nos obliga a reinventarnos, haciendo que nuestros platos sean envases, nuestro servicio sea telefónico (o telemático) y nuestra primera impresión sea un repartidor.

En cuanto a los envases, haremos un post más específicos en los próximos días, pero hoy nos gustaría enfocarnos en la primera parte del servicio, el envío.

Bueno, la primera realmente sería la recepción del pedido, donde debe reinar la claridad, la paciencia y la buena educación. Pero de eso, vosotros hosteleros, sabéis más que nosotros, es lo mismo que lleváis haciendo toda la vida, ¡pero por teléfono!

PAUTAS PARA EL ENVÍO A DOMICILIO:

El tiempo juega ahora un papel crucial. No puedes entretener a tu comensal con unas aceitunas y un poco de pan. Está en su casa, no ve si tu restaurante está a tope y no entiende que quieras unir unos cuantos pedidos para ahorrar en costes. Quiere su comida y la quiere rápido Por eso, ahora más que nunca necesitaremos cocinas eficientes.

Es básico que tengamos unos medios de transporte adecuados. Puedes externalizar este paso o hacerlo tú, pero recuerda no queremos que la comida llegue fría (o caliente) al cliente. Sobre todo si enviamos comida que pierde mucho al recalentarla, como podría ser la famosa hamburguesa.

Desde el momento en que se prepara el alimento hasta el momento en que llega a la puerta del cliente, cada segundo cuenta. Mantener los alimentos calientes o fríos según su naturaleza es especial para dar un buen servicio.

Por eso es importante usar bolsas para envío a domicilio que mantengan intactas las características de nuestro producto. Además de conservar la temperatura del alimento, que es aquí lo más importante, lograremos dar una imagen profesional.

En serio, a nadie le gusta pagar caro porque le lleven comida a casa si esta viene en una bolsa grasienta de plástico. Recuerda que esto ahora también es parte de la experiencia que ofreces.

Otra de las opciones, es el reparto individualizado de alimentos en contenedores isotérmicos. De esto te hablamos hace unos días, te dejamos aquí el enlace para que lo leas. Son muy prácticos si llevas alimentos en diferentes temperaturas (un delivery muy pro, pero ¿por qué no?), por ejemplo, un tartar frío para picar, de segundo un plato caliente y para terminar una tarta de queso.

Recordáis lo de que el delivery va a dejar de ser “una hamburguesa con patatas gajo y Coca-Cola”? Pues eso. Con un aislamiento gradual de la temperatura podremos ir un poco más allá y profesionalizar nuestro servicio.

Importante es también que cuidemos de nuestros empleados. Recordemos que ellos también son parte de nuestro equipo, de nuestra imagen y al fin y al cabo, de nuestra familia.

Una buena cultura corporativa fomenta empleados felices que están a gusto y cuidan y miman su trabajo. Para ello el uso de materiales cómodos, mochilas con buenas sujeciones y poco peso. Si repartes muchos pedidos o vas a dar una comida para muchas personas, plantéate opciones como las bases rodantes para mover varias cajas isotérmicas a la vez.

Mañana os contamos más cosas que ahora llaman al timbre y…¡tenemos la mesa puesta!

En honor a la verdad, debemos llamar a esta receta falso ceviche porque ni la hemos hecho con pescado fresco, ni hemos macerado el pescado. Está inspirada en un video que vimos hace tiempo de El Comidista, solo que la hemos tuneado a nuestra manera. La hemos hecho simple y llanamente con una lata de berberechos, y lo que teníamos por aquí y por allá. No tiene ninguna complicación, por lo que es imposible hacerlo mal, ideal para un aperitivo. 

Primero hemos juntado todos los ingredientes del aliño: el caldo de los berberechos, el limón, y semillas de cilantro. No teníamos cilantro en hojas y no sabíamos cómo iba a quedar con este, pero la verdad es que el resutado ha sido buenísimo. No le da ese sabor característico del ceviche, pero le aporta un toque dulce que contrasta fenomenal con lo ácida que es la receta. Si no tienes en semillas y tienes en hojas, adelante, te va a quedar igual de bueno y con un sabor más tradicional. 

Cortamos la cebollas en juliana y el aguacate en daditos y lo unimos junto con los berberechos al aliño. Removemos bien para que el aguacate se deshaga un poco y el aliño se quede un poquito "meloso". Para esto tienes que usar aguacates bien maduros, usa los más blanditos que tengas y sino espera un par de días para hacer la receta. 

Por último añadimos sal y tabasco verde al gusto y lo presentamos. Nosotros lo hemos hecho en este espectacular plato negro y dorado de Rak, el negro hace que los colores del ceviche resalten mucho más y el dorado...¡¿cómo es ese dorado...?! podeis verlo aquí, PLATO PEBBLES 

Si lo pruebas, ¡cuéntanos qué tal en los comentarios!

¿Te has apuntado ya a la moda del desechable? Es práctico, higiénico pero… ¿es bonito? Pues sí, aunque nunca pensamos que diríamos esto, los platos desechables ¡también pueden ser bonitos! Y el puro ejemplo de esto es la colección Chikio de Cookplay.  Por fin un desechable con el que los chefs no tengan que desprestigiar sus platos al presentarlos en un soporte de usar y tirar.

Adiós a los platos desechables de plástico, que además de poco bonitos no son nada sostenibles ecológicamente hablando. La diseñadora Ana Roquero ha redefinido con Chikio el desechable de mesa, diseño y ecología en estado puro. Ya lo hizo con la porcelana, creando piezas minimalistas con las cuales la marca fue galardonada con el Red Dot Design Award. Ahora y con el fin de dar una respuesta al sector, que demandaba desde hace tiempo un desechable de calidad y que no contribuyese al deterioro del planeta, lanza Chikio un éxito asegurado.

La colección Chikio de cookplay es 100% ecológica y está diseñada para dar respuesta a las necesidades a las que se enfrenta el mundo y en particular la hostelería, donde se desechan al día montones de plásticos derivados del menaje usado en eventos, hoteles o incluso restaurantes. Son muchas las razones por las que elegir vajilla desechable, aunque nosotros somos muy fans de la porcelana, reconocemos que en muchas ocasiones evitar el lavado, las roturas y el peso, es clave para adaptarse a las circustancias de muchos servicios.

En este caso, Ana Roquero ha decidido valerse de la caña de azúcar para dar soporte a las 6 piezas de la colección. Jomón (en dos tamaños), Nest, Yayoi (en dos tamaños) y Fly, componen la serie de platos, miniaturas y boles cubriendo con 6 únicas piezas tanto el servicio de catering como de mesa.

Si te gusta el diseño y te apasiona todo lo que rodea el servicio de mesa como a nosotros, te va a encantar Chikio. ¡Lo tenemos claro!

Si necesitas más infromación, no dudes en pedirnosla.

El potaje es uno de esos platos llevando prácticamente nada, consigue llevarnos a casa solo con llevarnos una cucharada a la boca. Al nuestro lo vamos a llamar el potaje de Álvaro, en honor al chef. La receta es muy sencilla.

NOTA: Como en todos los guisos con garbanzos, es imprescindible poner los garbanzos en agua la noche anterior.

Para la receta seguimos estos pasos:

1-Lo primero que vamos a hacer es cocer los garbanzos solos. No os paseis con la cocción porque luego vamos a volver a cocerlos otro rato con el fin de que el guiso nos quede ligado. Unos 40 minutos a fuego medio será suficiente. Si teneis olla a presión, 20 minutos cociendo en la olla.

2-Mientras se cuecen, sofreímos los ajos con un poquito de aceite hasta que estén doraditos.

3-Una vez tengamos los ajos bien dorados, añadimos las espinacas y dejamos que reduzcan. Suele pasar que tienes un montón de espinacas, y uan que que las metes en la sarten se quedan en nada. Nosotros hemos puesto una cantidad de espinacas en los ingredients, pero realmente es orientativa, si ves que se te hacen poco, pueden poner más (o menos).

4-Ponemos la pimienta, el comino y la sal. Hay gente que le pone pimentón, pero aquí no le hemos puesto porque no es santo de nuestra devoción.

5-Seguimos añadiendo un par de cucharadas de tomate concentrado. Nos gusta el toque que le da al guiso este tomate. 

6-Cuando todo está bien rehogado, añadimos los garbanzos y cubrimos con agua. Ponemos a fuego lento hasta que el agua se evapore y el guisó esté tan espeso como nos guste, aproximadamente una media hora. Si os habéis pasado con el agua, dejarlo cocer un poquito más para que reduzca pero siempre a fuego muy lento para que no se deshaga el garbanzo.

¡Como veis la receta no puede ser más fácil! Es muy común ponerle bacalao,  le da muy buen gusto al guiso pero como no teníamos, lo hemos hecho "a lo pobre". 

EXTRA: podéis cocer un huevo y ponérselo por encima picado para adornar. Nosotros en este caso lo hemos adornado con unas acelgas que casualmente teníamos cocidas.

Lo hemos presentado en el bol triangular Stonecast mostaza de Churchill.

Si lo pruebas, ¡cuentanos qué tal!

Como todos, nosotros aquellos días de confinamiento disfrutamos de los nuestros a través de una pantalla…de repente la tecnología es no solo necesaria, sino imprescindible y la verdad que esto no nos apasiona.

Nos hace pensar aún más en lo bonitas que son nuestras costumbres, pedir esa cerveza con un simple gesto al camarero que ya se ha convertido en amigo, brindar en un bar con los de al lado en un tarde de vinos, o abrazarnos con alguien que no conocemos porque ha marcado el Atleti (te guste el fútbol o no, el caso aquí es abrazarte y celebrar, así somos los españoles)...

Bueno, al grano…esto os lo decíamos porque el otro día mientras hacíamos una vídeollamada para tomar un vino con unos amigos ajenos al mundo de la hostelería no decían “oye ¿nos venderíais una vajilla para casa? A mí me gustan las vajillas de Churchill, ¿las vendeis verdad?” 

Nos llamó mucho la atención como algo tan profesional puede llegar a los hogares, hace años esto no pasaba y solo puede significar que algo está cambiando. Al consumidor le llegan cosas que antes o bien no le llegaban o si lo hacían no les prestaba importancia y le pasaban desapercibidas. 

¿Qué es Churchill?

Churchill es una fábrica con más de 200 años de historia, nació en 1795 en Stockhom-Trent en Inglaterra, fabricando vitroporcelana (te explicamos las diferencias entre vajilla de porcelana y vitro en otro blog). Cotiza en bolsa desde 1994 y está implantada en todo el mundo. Vaya que saben lo que hacen, no son nuevos y lo que hacen, lo hacen bien.

El otro día os decíamos que después de las grandes guerras las sociedades pasan por una gran depresión para después resurgir y reinventarse mucho más transgresoras y atrevidas. Seguro que cuando todo esto pase, también se percibirán esos cambios en las mesas. Estamos seguros.

Como Churchill de innovación entiende bastante, queremos que veáis de su mano todos los caminos que nos pueden llevar a una mesa atractiva…

En 2019 ofrecieron al mercado multitud de propuestas nuevas. Echad un vistazo al Mead Tiles, ahora que nos hace falta playa, turismo… evoca tranquilidad mediterránea y eso nos gusta.

Si buscamos colores más intensos tenemos el modelo Agano, en tono azulón o negro con un diseño lineal concéntrico muy cool.

Siguiendo con modelos contemporáneos el modelo Mineral, en distintos tonos, hace que cada pieza sea única.

Además las piezas de Raku y Studio Prints nos ofrecen muchas más alternativas en acabados y colores, como el Stone. Ya solo el nombre nos avisa, que es duradero como una piedra.

En 2020, cuando todo se ha parado y para el mundo parece que no contará este año, va Churchill y presenta una tendencia movida. Mas colores, más formatos, piezas que no había y distintos tamaños que nos dicen que esto sigue, que hay tiempo para más.

Hay tiempo y hay fuerza para tener una fabricación sostenible, enraizada con el medio y con la economía de proximidad, piezas decoradas a mano como el modelo Plume, en tonos oliva y ultramarinos.

Pero ojo que sé que entre nuestros amigos hay una gran cantidad de nostálgicos, ahí están los amantes del Stonecast, para todos aquellos a los que les gustaba a principio de esta década volverse locos con un color para cada comensal, tenemos noticias: hay un remember. Pero un remember de calidad,  el modelo Aqueous, con bases en turquesas costeros o más sobrios como el Bayou, con más tendencia a tonos piedra.

Y unas joyas que en Hostel Jiel pensamos se convertirán en piezas muy TOP, y a precios muy asequibles para el producto del que hablamos. Son el modelo Haze, un semi mate con acabados multi tonales o el Kintsugi, modelos inspirados en el arte japonés, agrietados bajo esmalte que dan un toque especial, con piezas únicas y muy llamativas.

¡Ahhh! no te olvides parece agrietado pero no rompen! Churchill sigue con su garantía de cinco años anti desportillamiento. Porque es básico por imagen y por sanidad. Ojo, también por sanidad, toma nota.

Disculpad, pero habíamos empezado a hablar de platos divertidos, de poner alegría en nuestras mesas y en nuestras vidas, y hemos olvidado del modelo Stonecast en Rosa! Si si, ¡rosa!

¿Te atreves? Nosotros estamos deseando, porque después de todo esto nos merecemos esta alegría, ¡Nos merecemos ser felices!

Y nuestro amigo, que nos estará leyendo…Pues sí amigo vendemos vajillas churchill, ¡y esperamos que ya estés disfrutando la tuya y que en nada podamos hacerlo juntos!