¡Tu carro está vacío!
La receta de hoy tiene algo de melancolico...La melancolía por lo bonito de hacer algo con tus manos de principio a fin. Hacer pasta freca paso a paso, con entusiasmo y la ayuda única de un rodillo y...¡tu propia fuerza es algo de lo que sentirse orgulloso! Pero también tiene una enseñanza porque muy a nuestro pesar, no siempre lo más artesanal es lo mejor y este caso es prueba de ello. Decimos esto porque una máquina de pasta fresca nos habría ahorrado trabajo y además habría hecho que obtuviesemos mejores resultados.
Pero vamos a la receta…
Ingredientes para la pasta:
Ingredientes para la salsa:
PARA LA PASTA
Mezclamos la harina con los huevos y la sal. Al principio puedes hacerlo con la ayuda de un tenedor y cuando el tenedor ya no de más de si pásalo a la mesa y amasa hasta tener una mezcla homogénea.
Envolvemos la masa en film transparente (aquí os dejamos el nuestro, os recomendamos probarlo puesto que tiene una calidad excelente y dura muchísimo, nada que ver con el del supermercado PAPEL TRANSPARENTE) y dejarlo reposar durante una hora. Si hace calor, es preferible que repose dentro de la nevera. Con este pequeño reposo dejamos que la harina se desarrolle.
Una vez pasado el tiempo, pasa la masa a la mesa y aplánala con el rodillo hasta obtener una lámina fina. Para que sea más sencillo, divide la pasta en trozos y hazlo por tandas.
TRUCO:
Te recomendamos que trabajes con una temperatura ambiente más bien fresca puesto que te será más fácil manejar la masa.
Aquí es donde si hubiésemos tenido una máquina de pasta habríamos ahorrado en tiempo y en sufrimiento. La primera tanda fue sencilla, pero según iba aumentando el cansancio, las “láminas” nos iban quedando más gordas…
Mira nuestras máquinas de pasta aquí
Si eres tan valiente como nosotros pero no tienes rodillo entonces pincha aquí...
Enharina esta lámina y córtala con un cuchillo dando la forma que quieras a tu pasta. En nuestro caso hemos hecho tallarines porque era lo más sencillo.
Una vez cortada, déjala secar. Esto puedes hacerlo al método casero (buscando algún artilugio en la cocina para colgar) o comprar un secador de pasta. Te dejamos el nuestro para que le eches un ojo.
Cuando la pasta esté seca, pon una cacerola a hervir y cuece la pasta sin pasarte, mejor al dente que demasiado blanda.
Para la salsa hemos picado la cebolla y el ajo bien pequeñito y puesto a sofreír a fuego muy bajo hasta que la cebolla estaba transparente y con colorcito morado.
Hemos añadido la cayena (si no te gusta muy picante pon solo 1 o ninguna), el tomate concentrado y los tomatitos y hemos dejado que se sofriese todo junto durante unos 15 minutos, a fuego lento, hasta que los tomates se han deshecho. Entonces, añade el chupito de brandy y deja que el alcohol se evapore.
Una vez todos los ingredientes estaban cocinados, añadimos la sal y la pimienta y trituramos la salsa. Puedes no triturarla pero en este caso la piel de los tomates era un poco dura y preferimos hacerlo así.
Usamos una batidora de vaso como esta y no dejamos la salsa demasiado fina, lo justo para no encontrar trozos. SI hubiésemos querido una salsa muy fina habríamos necesitado una máquina más potente.
Para terminar y solo si os gusta, podéis añadir un poquito de parmesano rallado por encima y ya tendréis un plato de 10, casero, sencillo y muy rico.
Poneos una copa de vino y ¡a disfrutar!
A estas alturas seguro que ya sabes qué es un Moscow Mule o coctel Mula de Moscú. Por si acaso, aquí te contamos un poquito de dónde viene su curioso nombre y te dejamos una receta para que puedas hacerlo y paliar el calor de estas tardes de verano.
El Moscow Mule es un coctel que se hace con vodka, ginger ale y zumo de lima. Hya gente que además le pone hierbabuena y una rodaja de limón o lima para decorar.
A lo mejor no sabías qué era un Moscow Mule, pero estamos seguros de que si que habías visto su presentación más tipica inundando las redes sociales. Esto es porque este coctel se sirve popularmente en unas jarritas de cobre que en los últimos años han tomado mucho protagonismo en la coctelería profesional.
Estas jarras hoy son mera presentación pero los cocteleros exprimentados creen que este material aporta al coctel no solo presencia sino que ayuda a manterse frío y proporciona un sabor especial cuando el vodka se oxida en sus paredes.
No sabemos cuanto de verdad hay en esto, pero lo cierto es que estas jarras le confieren una estética y personalidad especial al coctel.
De los orígenes del Moscow Mule hay informaciones contradictorias, algunos lo atribuyen a una estrategia de marketing de la marca de vodka Smirnoff, otros a una receta de un barman. Después de leer varios artículos de acerca de su origen, nos queda aun más claro que quizá ese halo de misterio ayuda a popularizar aun más este famoso coctel.
Si quereis leer un poco más sobre su historia, os dejamos algunos artículos que nos han parecido buenos. Este de Miguel Angel Palomo en El Mundo también lo explica de manera muy amena: Moscow Mule: la bebida 'comunista' que planta cara a la tiranía del gintonic . En inglés, pero interesante: Behind the Drink: The Moscow Mule .
Sea como fuere, la receta es una gozada para disfrutarla bien fría, así que al lío.
Estas cantidades son para un solo coctel, multiplica cada cantidad por el número que vas a hacer y listo.
Mezcla en una coctelera el hielo picado, el vodka y el zumo de la lima y déjalo unos segundo que enfrie. Te dejamos aquí esta monada de coctelera a juego con la jarrita, si pinchas en ella podrás ver todas las de nuestra tienda.
Una vez frío, pásalo al recipiente final y rellena con el ginger ale. Si quieres para terminar puedes decorarlo con unas rodajas de lima y hierba buena.
Si lo que quieres es que tu Moscow Mule tenga un toque de 10, usa estas jarritas cobreadas (y recubiertas por dentro de acero inoxidable)
Por último, si tu moscow mule además de refrescante quieres que sea eco-sostenible, olvidate de pajitas de plastico y usa nuestras pajitas de papel. Recuerda, disfrutar si, ensuciar no. ;)
Si lo pruebas, ¡no te olvides de contarnoslo!
Los bannetones de fermentación son cestas que se usan para hacer la última fermentación del pan. Suelen estar fabricados con fibras naturales como el mimbre, el ratán o la pulpa de madera y a veces, si nos queremos ir a su versión low cost, los podemos encontrar en plástico.
Los banneton, aunque ayudan a que el pan mantenga su forma durante la segunda fermentación, no son moldes y por ende, NUNCA deben de meterse en el horno.
Los bannetones no son un utensilio imprescindible para hacer pan, pero lo cierto es que todo buen panarra quiere hacerse con uno y lo cierto es que es un capricho muy barato, que todo aquel que disfruta haciendo debería darse alguna vez.
Comunmente encontrarás bannetons de tres tipos materiales y por qué no decirlo, de tres tipos de calidades (el bueno, el menos bueno y el malo).
En Hostel Jiel, tenemos bannetones de ratán, ideales para que termines de fermentar tu pan.
Los tenemos redondos, para que hagas hogazas.
Si lo que quieres es hacer una rosca de pan, puedes fermentar en este banneton tipo savarín.
Para los que tiene tendencia por las barras, lo mejor es este banneton alargado para fermentar barras o baguettes.
Y si lo que te gusta es un buen batard, el banneton perfecto para ti es este rectangular.
Probablemente quieras probar con masas muy hidratadas, ya lo sabemos, es un vicio. Para ello te dejamos aquí unos paños de lino que deberás enharinar adecuadamente y poner entre el banneton y la masa para evitar que esta se pegue.
Esperamos que este artículo te haya servido para terminar de decidirte y que tu primer banneton te haga disfrutar un poquito más de la experiencia de hacer pan.
En tiempos de “nueva normalidad” no paramos de pensar en la antigua normalidad, la que nos gustaba a todos…Y esto, irremediablemente y sacándonos una sonrisa, nos lleva a recordar esos veranos tradicionales, esas vacaciones en familia, esos refrescos de 2 litros con esas comidas bajo la sombra de una parra...
Habrá muchas comidas que nos saquen las sonrisa y estamos seguros que la comida era una de ellas. Albondigas, croquetas, tortilla de patatas...las de nuestras abuelas eran las mejores. Con el cambio del ritmo de vida, hemos ido perdiendo poco a poco esas tradiciones. El ajetreo de la vida cotidiana, los trabajos, las prisas...han hecho que muchos de nosotros hayamos decidido tomar la vía fácil y acudir a productos precocinados con el fin de "aprovechar el tiempo". Sin embargo, hoy nosotros te queremos invitar a que disfrutes de ese tiempo.: a que cocines, a que te manches las manos y puedas sentir esa satisfacción de comer algo hecho por ti y cocinar para los tuyos. ¿Hay mayor muestra de amor que cocinar para alguién?
Como nuestras abuelas eran todoterreno y nosotros nos quedamos en cocinillas y nos queda mucho para ser como ellas tenemos que ayudarnos de gadgets que nos hagan la vida mas fácil…aquí unos cuantos.
Pinza para hacer albóndigas caseras
Usa esta pinza como molde para albóndigas y olvidate de estar con las cucharas manchándote las manos. Tu abuela te llamaría tiquimiquis, pero tampoco es cuestión de desaprovechar una ayudita.
Máquina para hacer croquetas
Con está máquina las croquetas con la receta de tu madre van a quedar igual de cremosas, pero con una forma perfecta.
Es perfecta para hacer croquetas de manera rápida y limpia. Haznos caso, preocupate de tener una receta de 10, que con la máquina para hacer croquetas lo de la forma lo tienes resuelto.
Si te quieres inspirar para tu receta, aquí te dejamos la de Alberto Chicote, que ya sabemos que de seguro no están como las de tu abuela, pero te sirve para prácticar.
Hacer una buena tortilla de patatas es un arte. Para que salga de vicio el punto y la calidad de la patata será esencial, pero ¿qué pasa al darle la vuelta? Pues eso, que puedes usar un plato, que seguro que en tu infancia lo has visto hacer así mil veces, pero que es un rollo y que la probabilidad de que todo termine lleno de huevo es alta.
Ayudate esta sartén doble y olvidate de rollos.
Puedes pinchar en cada artículo para verlos en nuestra tienda online o encontrarlos en el buscador con las referencias 1708544 , 111401 y 1405924
¡Buen verano y buena cocina!
Frutas, semillas, flores...en los últimos años hemos vivido un boom brutal en cuanto a la preparación de combinados.
Aunque los entendidos dicen que un buen gin tonic solo necesita ginebra, tónica y hielo (este artículo cómo preparar el gin tonic perfecto, lo explica de una manera muy amena), nadie puede negar que una buena presentación y una preparación vistosa hace que una copa nos sepa mejor.
Para que los que quereis apostar por un plus en el servicio, hoy os queremos enseñar estos carros para el servicio de coctelería.
El modelo cabrio es un carro compacto con un diseño muy inglés que le da un toque clásico. El carro es perfecto para desplazarse por el local o por la terraza llevando todas las herramientas necesarias para poder servir un buen combinado.El carro se fabrica en negro pero bajo pedido se puede personalizar y así adaptar al estilo de tu restaurante o bar. La encimera mide 75x45 cm y el carro completo 107x50x119 cm.
Puedes ver sus características pinchando en el foto.
Si quieres ir un poco más allá lo mejor es que elijas un modelo con enfriador. Este carro ofrece la posibilidad de transportar una botella de CO2 alimentario para que puedas moverte sin necesidad de volver a la barra a enfriar las copas. Además incorpora un espacio específico para una bolsa de basura lo que te permitirá dar el servicio de manera limpia, eliminando las sobras de la fruta o los restos que se generen de la preparación de manera inmediata. Este modelo es más grande por lo que, aunque se puede mover sin problema, es ideal para dejar en un punto intermedio de la terraza y en ese mismo punto realizar todo el trabajo. La encimerase fabrica de manera estandar en blanco y mide 131X51/157., bajo pedido es posible personalizar el color. El carro tiene de largo: 130 cm / Alto: 107 cm / Ancho: 50 cm + el modulo enfriador que tiene de largo: 50 cm y de ancho: 30 cm. La estructura es en estandar en color negro pero se puede personalizar bajo pedido.
Darle un punto más de nivel a tu local repercutirá directamente en tus ventas. Si apuestas por tu negocio, tu cliente apostará por ti, ¡no lo olvides!
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